Gobierno prohíbe a granjeros llamarle leche a la leche
Esta historia fue reportada por primera vez en inglés por el reportero Will Patrick de Watchdog.org y traducido al español por Carlo Maffat y Christine Folgmann.
TALLAHASSEE, Fla. —Reguladores estatales entraron en batalla contra una granja lechera en uno de los condados más pequeños de Florida propiedad de una familia por tres generaciones, al estos negarse a etiquetar su leche como “Producto Lácteo” o inyectarle aditivos.
Cuando Mary Lou Wesselhoeft propietario de la Ocheese Creamery se negó a re-etiquetar, se emitió una orden para detener la venta de este producto por el Departamento de Agricultura y Servicios al Consumidor de Florida.
REGLAMENTO: Mary Lou Wesselhoeft, una productora de leche por mas de tres generaciones, está luchando contra los reguladores estatales con la ayuda del Instituto para la Justicia, una firma de abogados de interés público.
Eso fue hace dos años.
Ahora, Wesselhoeft ha entablado una demanda contra los reguladores con la ayuda del Instituto para la Justicia, una firma jurídica pro interés público. La demanda federal presentada la semana pasada, acusa a funcionarios estatales de infringir los derechos de la Primera Enmienda constitucional a la pequeña empresa, obligándola a engañar a sus clientes.
En 2012, las nuevas normas de etiquetado de alimentos prohíben llamar la leche descremada y pasteurizada producida por Ocheesee Creamery como leche, ya que la FDA requiere que la leche contenga vitamina A para ser considerada leche.
Wesselhoeft, dijo que los requisitos de etiquetado son confusos e inexactos.
La vitamina A es un compuesto disuelto en la grasa de la leche que es removida en el proceso de descremación, por lo tanto bajo la nueva definición “oficial” la leche descremada por carecer de vitamina A ya no puede ser llamada leche. Los funcionarios estatales insistieron en que la lechería re-etiquetara a su leche descremada como Producto Lácteo, ya que esta no cumplía con los estándares del Gobierno. “Su producto ‘leche descremada’, es nutricionalmente inferior y no cumple las normas federales para ser considerado ‘leche’, por ende no alcanza a ser Grado ‘A’ “, afirma una carta de diciembre 2013, de Gary Newton, director de la Oficina Estatal de la Industria Lechera.
La única otra opción para cumplir con las normas, era añadir vitamina A artificialmente a su producto, socavando efectivamente la intención de la pequeña empresa en vender productos naturales sin aditivos.
Wesselhoeft ha producido productos lácteos con la misma receta que sus antepasados: botellas de vidrio, vacas pastoreadas y trabajo arduo. Un verso bíblico en el sitio web de la lechería dice: “Las colinas fluirán leche”, Joel 3:18.
La granja de tres empleados también incluye una tienda donde los clientes pueden ver cómo la familia produce la leche.
“Muchas personas mayores disfrutan de nuestros productos, ya que les recuerda su juventud, cuando la leche en botellas de vidrio era común,” dice el sitio web Ocheesee Creamery.
Pero cuando los reguladores cambiaron las reglas, uno de los productos de la lechería pasó súbitamente de ser leche a convertirse legalmente en “leche de imitación”. Wesselhoeft afirma su producto nunca ha cambiado, sólo las reglas.
“El gobierno me impide decirles a mis clientes lo que hay en la leche que quieren comprar”, dijo en un comunicado. “Yo vendo leche descremada pasteurizada que contiene solo un ingrediente, leche descremada pasteurizada y quiero etiquetarla como tal”.
Según la demanda, Wesselhoeft ofreció etiquetas alternativas para su producto, incluyendo “Leche Descremada Pasteurizada: Sin Vitamina A Añadida” y “Leche Descremada Pasteurizada: Vitamina A mayormente removida durante proceso de descremación”
Las sugerencias no fueron aceptadas.
La finca sigue vendiendo productos lácteos sin descremar, pero la leche descremada restante no se puede vender, se descarta.
“Ordenarle a negocios que confundan a sus clientes es plena y llanamente censura “dijo Justin Pearson, abogado del Institute for Justice. “Y los consumidores sufren cuando el gobierno obliga a las empresas a sustituir información sencilla y veraz con palabras confusas.